Duele. Duele y cuesta reponerse de ello. A tal punto, que llega a ser invalidante. Para peor, uno se enferma y los demás no lo creen, porque su origen es desconocido y no existen otras enfermedades o alteraciones que lo expliquen. Es la fibromialgia, caracterizada por la presencia de un cuadro de dolor crónico y generalizado.
El 12 de mayo es el Día Mundial de la Fibromialgia porque esa fecha es la del nacimiento, en 1820, de Florence Nightingale, enfermera británica – aunque nacida en Florencia, Italia – que dejó un legado formidable a su profesión: como creía que para mantener una atención sanitaria adecuada era necesario disponer de un entorno saludable, elaboró la teoría de los cinco componentes esenciales de la salud ambiental (aire puro, agua pura, alcantarillado eficaz, limpieza y luz), que mantiene su vigencia al día de hoy.
Pero lamentablemente, su talento y su empeño no pudieron evitar que a sus 25 años de edad cayera presa de la fibromialgia, aunque en ese momento, se mencionó que el padecimiento que la postró durante – según la Organización Mundial de la Salud (OMS) – ¡50 años! fue «una enfermedad debilitante», que por entonces fue adjudicada a un síndrome de depresión.
Echando luz: ¿Qué es la fibromialgia?
Reconocida por la OMS desde 1992, «genera un círculo vicioso negativo que paulatinamente afecta a todas las áreas de desempeño de la persona incluyendo lo laboral, lo social y familiar”, admite la doctora Evangelina Melgar, del Instituto de Neurología Cognitiva (Ineco).
Hasta el momento, su diagnóstico se basa en los antecedentes clínicos del paciente y en una detallada exploración física, pero no mediante pruebas de laboratorio o estudio de imágenes. Eso puede sumar un problema: “Algunos profesionales todavía no conocen bien la patología y tienden a restarle importancia al dolor, atribuyéndolo al estrés, a otras patologías psiquiátricas”, entiende la doctora, que también señala como otra causa de la tardanza en dar con un diagnóstico acertado el hecho de que muchos pacientes conviven mucho tiempo con el dolor sin consultar.
Aunque no es una enfermedad mental, cerca del 30 por ciento de los enfermos cursan, en paralelo, cuadros como ansiedad o depresión. También hay algún estudio que indica que la fibromialgia afecta a entre el 3 y el 6 % de las mujeres de entre 20 y 50 años, siendo la causa más frecuente de dolor generalizado y crónico.
¡Ojo! Síntomas de Alerta:
Dolor
Fatiga crónica
Trastorno del sueño
Rigidez en el cuerpo
Síndrome de colon irritable
Cefalea
Hormigueo
Entumecimiento
Mareos
No se conoce su origen y no tiene cura. ¿Qué hacemos, entonces?
El reumatólogo Julio Hofman, expresidente de la Sociedad Argentina de Reumatología, explica que «el tratamiento tiene tres pilares. Uno es la medicación: se usan ciertos anticonvulsivantes y antidepresivos pero son inútiles los antiinflamatorios y los corticoides. Segundo, la rehabilitación: gimnasia aeróbica suave, natación. Tercero: el apoyo psicoterapéutico”.
Para añadir a lo aportado por el doctor Hofman, hay evidencia de resultados positivos en la reducción de los síntomas con tratamientos interdisciplinarios como ejercicios de fortalecimiento muscular y de estiramiento, reeducación postural global, técnicas de relajación y musicoterapia.
