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Veterinarias alertan sobre riesgos invernales para mascotas y brindan consejos clave para protegerlas del frío

Con la llegada del invierno y las bajas temperaturas, las mascotas enfrentan mayores riesgos para su salud. En una entrevista con especialistas de Zoolab, las veterinarias destacaron la importancia de adaptar los cuidados según las características de cada animal, especialmente durante las semanas más críticas de frío.

Uno de los aspectos fundamentales es el uso adecuado de abrigos, recomendado principalmente para animales geriátricos y cachorros. Las profesionales enfatizaron que no todas las mascotas requieren la misma protección: los perros de pelo corto necesitan abrigo con mayor urgencia que los de pelo largo, y razas pequeñas como los braquicéfalos (bulldogs, pugs) son especialmente vulnerables debido a su predisposición a problemas respiratorios. Estos últimos, explicaron, tienen dificultades para calentar el aire que inhalan, lo que los hace más susceptibles a enfermedades en esta época.

Respecto al alojamiento, las veterinarias fueron contundentes al señalar que no es seguro dejar a las mascotas durmiendo al aire libre durante olas de frío intenso. Lo ideal es ubicar su cama en espacios interiores protegidos de corrientes de aire. Si la opción exterior es inevitable, debe garantizarse un refugio aislado y cálido. En cuanto a los paseos, aunque son necesarios para su oxigenación y actividad física, deben programarse evitando las horas más gélidas del día, especialmente para animales que pasan mucho tiempo en ambientes con calefacción.

Sobre la higiene, aclararon que los baños invernales no son obligatorios, pero si deben realizarse por necesidad, es crucial hacerlo en ambientes temperados y secar minuciosamente el pelaje para evitar cambios bruscos de temperatura. Estos choques térmicos, advirtieron, pueden desencadenar cuadros respiratorios que se manifiestan con tos aguda, dificultad para respirar, decaimiento, fiebre o estornudos persistentes.

La alimentación también requiere ajustes según el nivel de actividad: animales que mantienen rutinas activas en frío podrían necesitar raciones ligeramente aumentadas, mientras que aquellos que se vuelven más sedentarios requieren control para prevenir el aumento de peso. Sin embargo, las veterinarias insistieron en que estos cambios deben consultarse siempre con el veterinario de cabecera.

Como recomendación preventiva esencial, instaron a realizar chequeos cardiológicos y sanguíneos a perros y gatos mayores de siete años, incluso si aparentan buena salud. «Una patología preexistente, sumada a un problema respiratorio invernal, puede agravarse significativamente», explicaron. Finalmente, recordaron identificar señales de frío en las mascotas: temblores, inmovilidad, lentitud en movimientos y rechazo a salir o tocar superficies frías.

Con estas pautas, los especialistas buscan reducir riesgos durante la temporada invernal, subrayando que la observación atenta y la prevención son clave para el bienestar de los animales de compañía.

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