
Casi tímidamente, con capucha y anteojos, entró al gimnasio. Gradualmente, nenas y nenes dejaron de tirar al aro o de picar la pelota para mirarlo andar sobre su metro noventa. Al llamado de los profes, se reunieron en el centro de la cancha y le ofrendaron un aplauso estridente, para luego chocar palmas con él y terminar con una gran foto grupal. Así fueron los primeros instantes de Luan (Rodrigues de Oliveira es sólo para el pasaporte) en la que es su nueva casa basquetbolística: el Tini Montenegro, el estadio de Red Star.
Previamente hubo una conferencia de prensa y antes aún, una charla distendida con Cordón Plus de este brasileño recién llegado a la ciudad (arribó en vuelo directo Río de Janeiro-Rosario a las 2:30 AM de este jueves) y que es la tercera ficha extranjera de Red Star. Su pasado reciente en Flamengo (equipo del que se confesó hincha y con el cual ganó, el 19 de abril, la Liga de Campeones de las Américas) su familia (es papá de Brian, un bebé de once meses de edad que quedó en Río junto a su mamá), sus objetivos, su juego; todo y más se reflejó en la conferencia y en un fluido diálogo personal antes y después de la misma.
«Oportunidades, expandir mi carrera y jugar internacionalmente»
Nadie debe ofenderse si se le pregunta, como se le preguntó, qué busca en la competencia rosarina un basquetbolista que viene de revistar en una de las dos ligas más importantes de América después de la NBA. Luan tampoco se incomodó; respondió lo que dice el entrecomillado y agregó: «Procuro ayudar al equipo y a quienes me contrataron».
¿Cómo podría ayudar al equipo? «Con intensidad, defensa, bandejas y tiro de tres puntos, que es mejor que mi tiro de dos», sostuvo, y expresó que además de sus cualidades para el juego, sólo podrá aportar a sus compañeros «trabajo y profesionalismo», soslayando con modestia la sugerencia de que quizás podría ofrendar su experiencia de jugar en el alto nivel.
«No conozco la competencia, pero no importa»
Luan tuvo como DT, en Flamengo, al experimentadísimo Sergio «Oveja» Hernández, y como compañeros, a Franco Balbi y Tayavek Gallizzi, por lo que se puede presumir que conoce el básquet argentino. No así, la competencia en que se embarcará: «No la conozco; sólo sé un par de cosas que me contaron. Pero no importa. Soy profesional, amo el básquet y aquí estoy», aseveró.
El profesional se define como alero o escolta (3 ó 2, para no ser tildado de antiguo), aunque como se leerá más adelante, su entrenador tiene planes de exigirle algo más de versatilidad a la hora de la ofensiva. Con brillo en los ojos y la sonrisa más amplia de la noche, admitió que ya extraña a su hijito y a su mujer. «Saudade«, en portugués.
Ni fútbol, ni mate, ni asado
Siendo brasileño e hincha de Flamengo, es difícil suponer que no guste del fútbol. «¿Te gusta?»: «… Séee», respondió, apoyando con un rictus que equivaldría al «ponele» que empleamos aquí. Punto en contra, o dos puntos, porque tampoco le gusta el rock. Se inclina por el funky (algo es algo) y por el trap.
Pero lo peor vino cuando supimos que habiendo trabajado durante un año junto a tres argentinos, aún no tomó mate ni comió asado. Incrédulos, escuchamos que ninguno de ellos lo invitó a probar nada de eso, como tampoco le enseñaron palabras en castellano (por ahora comprende muy poco de nuestro idioma): «Franco me hablaba en portugués; Sergio, en portuñol, y Taya… no hablaba», dijo, riendo. O sea, esos tres no están para embajadores de nuestra tierra. Entonces: ni fútbol, ni rock, ni mate, ni asado. Lo que se dice, saldo en rojo para Luan.

Iván Martorell, entrenador
Se le notaba en su rostro al coach lo contento que está. «Necesitaba un jugador perimetral de sus características. En ataque, podría desempeñarse también como ala pivot, y en defensa, tranquilamente puede defender a un grande; hasta a un pivot. Creo que será el complemento ideal de Cotton y de Hardiman. Logramos lo que se pretendía: un equipo competitivo para, primero, evitar el descenso. Luego podremos pensar en clasificar a playoffs», puntualizó.
No obstante su alegría, Iván marcó: «Una cosa es tener a los jugadores y otra, darle forma al equipo. Tenemos todavía que trabajar mucho. Vamos a aprovechar todo el tiempo de que dispongamos para concretarlo».
Claudio Contreras, presidente de Red Star
«El acuerdo con Luan establece que estará con nosotros hasta que termine nuestra participación en el torneo de este año. pero intentaremos que siga en 2026».
«Más allá de que su presencia, como la de los otros dos extranjeros, es un espejo para los más chicos, lo bueno es que se crea un ambiente muy propicio para los niños; todos están esperándolos para hablarles, sacarse fotos y verlos con la pelota. Uno ve sus caras al observar a estos jugadores y se da cuenta de que esto es distinto; se generó un espacio de mucha alegría. Eso también lo queremos para este proyecto».
Como se debe
Nueva felicitación para la institución por la conferencia de prensa de ayer, plasmada en el quincho de la sede de Riccheri y San Carlos. Espacio, comodidad, café, cero restricción para dialogar antes y después con el recién llegado y la presencia (agradecimiento para ella) de la profesora de portugués Julia Tiesto, quien fue el salvoconducto ideal para la comunicación con Luan.


(Fotos: Lucas Maidana y Lucas Bigil)