
La semana pasada, el marinero sirio Wissam Ali fue noticia al bajarse del buque que estaba anclado en la Terminal portuaria de Cofco en Puerto San Martín y alertó a las autoridades máximas al no regresar al barco a las 48 horas.
Ali, de 36 años se presentó 48 horas después en la Oficina de Migraciones de Santa Fe y solicitó asilo político argumentando que su vida y la de su familia corren peligro debido al conflicto bélico en su país. El marinero explicó que es originario de Tartús pero que estaba viviendo en Banias y que teme por su vida. «Si vuelvo, me matarán», declaró, según explicó Emilio Jatón, secretario de Derechos Humanos de Santa Fe en dialogo con Cadena 3.
Actualmente, el sirio cuenta con una residencia transitoria que le permite permanecer en Argentina mientras se resuelve su solicitud de refugio, un trámite que, según experiencias previas, podría demorar hasta 18 meses.
Mientras espera una respuesta, Ali vive en la capital provincial en la casa de otro ciudadano sirioque hace siete años vive en Santa Fe, quien lo ayuda a adaptarse. Su anfitrión, dedicado a la reparación de electrodomésticos, le enseñará el oficio y lo apoyará en el aprendizaje del español, una barrera que dificultó sus primeras comunicaciones con las autoridades. Jatón señaló que tenía el pasaporte en su mano lo que facilitó su identificación.
«Lo primero que preguntó fue cuándo podría traer a su familia», reveló Jatón destacando el deseo de Ali de reunirse con sus seres queridos.
El funcionario subrayó que la provincia tiene una política de puertas abiertas para personas en situación de refugio, no solo de Siria, sino de otras naciones en crisis. «El equipo jurídico de Migraciones trabaja para contener a quienes huyen de conflictos», afirmó.
«Tiene una residencia transitoria hasta que se le otorgue el refugio político, estaba viviendo en otro lugar donde está en plena guerra y el marinero declaró que no puede volver allí. El aduce que su pueblo fue masacrado y teme por la vida de su familia y de que lo asesinen, tienen dos hijos y esposa», agregó Jatón quien sostuvo que este tipo de trámites demoran mucho trabajo que evalúa e investiga la posibilidad de que pueda obtener la residencia argentina.
Ali estableció el domicilio en la casa de un amigo sirio y deberá presentarse mensualmente en la Oficina de Migraciones. «Cuando cuenta su historia uno se estremece, porque es un hombre que escapa del barco que no tiene otra salida y le temblaban las manos cuando hablaba porque no sabía qué iba a ocurrir con su situación. Ayudó que la empresa Pañamena que es seria denunció su desaparición y brindó detalles de su identificación».
El caso de Wissam Ali refleja el drama de miles de sirios que, tras más de una década de guerra, buscan rehacer sus vidas lejos de la violencia. Ahora, su futuro depende de la respuesta del Estado argentino y de la red de apoyo que ha encontrado en Santa Fe.