
En un acto a realizarse el próximo martes, 29 de julio, a la hora 10:30 y en el edificio ubicado en Dorrego 1422 de esta ciudad, la Escuela Especial 2118 para Niños y Adolescentes Sordos Hipoacúsicos recibirá el nombre de Profesor Bartolomé Ayrolo. En ese momento, con la instalación de una placa con el nombre y la lectura del decreto que lo impone, se coronará un trabajo sin renuncios que se inició hace exactamente un año, el 28 de julio de 2024, cuando la institución celebró en la plaza San Martín 25 años de existencia reconocida oficialmente por las autoridades gubernamentales provinciales.
Es que el 28/07/1999, un decreto firmado por el entonces gobernador de Santa Fe Jorge Obeid le dio entrada a la comunidad «con todas las de la ley». La batalla librada por padres y docentes a lo largo de 10 años para que se reconociera formalmente a la escuela como tal tenía, así, el premio que harto merecía. Y desde el día del festejo de esa suerte de Bodas de Plata, se pensó en otorgarle un nombre propio.
«Nuestra escuela, por pequeña y por contar con pocos alumnos (aproximadamente 45, de distintas edades), no es conocida, y queremos darla definitivamente a conocer», expresó Sabrina Ravagnan, directora interina hace 4 años de la escuela. «Todo lleva mucho tiempo, porque la imposición del nombre se hace a través de una resolución que se basa en un reglamento específico», ilustró. «Se piensa en que sean personas reconocidas localmente; si fallecieron, tienen que haber pasado 10 años de ello. Es un trabajo de la comunidad educativa: se proponen nombres, se vota y el resultado de la compulsa se eleva al Ministerio provincial de Santa Fe», prosiguió, para mostrar que lejos está esta imposición de compararse con la decisión de ponerle nombre a un hijo.
«En nuestro caso, padres y docentes pensamos en personas de nuestro país que tuvieran mucho que ver con la educación a personas sordas. Surgieron tres nombres: el de un papá de Buenos Aires que tuvo tres hijos sordos; el de un médico que trajinó mucho para educar a su hijo sordo y el de Bartolomé Ayrolo, primer profesor y director de una escuela para sordos en Buenos Aires», siguió relatando Sabrina.
Grande, Bartolomé
Como dijo Sabrina, Bartolomé Ayrolo fue el primer director argentino y gran promotor de la educación de personas sordas en Argentina. La escuela especial para personas con discapacidad auditiva en Villa Devoto, Buenos Aires, lleva su nombre y Ayrolo la dirigió desde 1894 hasta 1942, y también fue profesor de pedagogía especial y ortofonía.
La Escuela 2118: un trabajo de hormiga pensando sólo en educar y dar
«Nuestros alumnos van a las escuelas de nivel de su barrio y nosotros enviamos a nuestras DAI (Docentes de Apoyo a la Inclusión) para acompañarlos y asesorar a maestras y profesores. Un día a la semana vienen a nuestra escuela a trabajar en cuestiones pedagógicas específicas. Cubrimos 20 escuelas, desde Barrancas hasta Capitán Bermúdez«, informó la docente.
«No tenemos edificio propio; desde siempre, funcionamos en locaciones alquiladas por el Ministerio. Somos 15 personas, entre asistentes escolares, psicóloga, fonoaudiólogas, asesora psico medica y docentes. Nos gusta mucho este trabajo, que es de hormiga, porque los resultados no se ven rápido y no todas las discapacidades auditivas son iguales. Además, hay alumnos que tienen obra social y van a terapeutas y otros que nada tienen. Cada caso es muy particular y cada DAI, además de ayudar a la maestra o profesor/a, prepara mucho material visual: impresiones, libros, textos, pictogramas; todo adaptado, y la mayor parte la hacemos nosotros porque no hay mucho material, todavía. La educación para personas sordas llegó bastante tarde a Argentina», detalló la dire. Como para no coincidir con ella en lo del trabajo de hormiga…
Contra lo que se supone en general, en la Bartolomé Ayrolo (permítasenos ya nombrarla así) no se enseña lengua de señas. «Lo utilizamos como un medio más. Hay chicos con un nivel muy básico de ese lenguaje; otros, con nivel más avanzado, y otros manejan cierto nivel de oralidad. Es difícil, también, porque hay papás que rechazan a este lenguaje porque creen que si sus hijos lo emplean jamás van a hablar», dio cuenta Sabrina.
Más allá de sordos e hipoacúsicos: bienvenidas todas las discapacidades
Ravagnan comentó también acerca de la labor de estimulación temprana que alcanza a toda discapacidad: «Desde 2006 estamos autorizados por el Ministerio para trabajar con niñas y niños de entre 0 y 4 años de edad en estimulación temprana. Después de los 4 años, cada persona es derivada al jardín y a la escuela que corresponda».
La Escuela
La 2118 Profesor Bartolomé Ayrolo se encuentra en Dorrego 1422 de San Lorenoz. Para hacer todo tipo de consulta, se puede llamar al nuevo número de teléfono: 3476 – 228898.