
Según la investigación del fiscal Lucente, Víctor Donadello, obligó a su ex pareja a que la penetre por vía vaginal por un perro y a partir de los años siguientes, «fue introduciéndole sin su consentimiento todo tipo de elementos, desodorantes, calabazas de cotillón y hasta una botella de vidrio e incluso en una oportunidad por la fuerza la penetró por vía anal, siendo que todas estas situaciones se dieron en un lapso de tiempo que duraron hasta 2017; todo ello en el marco de una relación marcada por la violencia psicológica, además de la física que terminó por disminurir notoriamente la autoestima de Rosa», expresó funcionario del MPA.
El miércoles comenzó un nuevo juicio oral comenzó en los Tribunales Provinciales de San Lorenzo, con un tribunal integrado por los jueces Ariel Cattaneo, Carlos Gazza y Marisol Usandizaga.
La Fiscalía acusa a Víctor Danellón, de 55 años, quien es asesor jurídico de un efector del municipio de Capitán Bermúdez, de delitos graves de abuso sexual, incluyendo acceso carnal y ultrajante, con agravantes por daños a su víctima.
El Fiscal Leandro Lucente solicitó una pena de 10 años de prisión efectiva, mientras que la Querella representada por los Dres. Haurigot y Tagliatti pidieron 15 años.
Los hechos, que abarcan desde 2004 a 2017, implicaron prácticas sexuales humillantes y abusos en diversas ciudades, con violencia, amenazas y reiteradas agresiones contra su ex pareja, en lugares donde convivieron como Capitán Bermúdez, Fray Luis Beltrán y Granadero Baigorria.
En los alegatos de apertura, el fiscal Lucente sostuvo que: «Víctor Donadello tenía un objetivo claro para quien fuera su pareja delante de sus tres hijos, dejarla en un lugar del que nadie sale, pero cometió un error, subestimarla. Rosa poco a poco y con mucho esfuerzo, logró salir, lo hizo con la ayuda de los que se preocupaban por ella y con la ayuda de los profesionales de la salud, en los delitos contra la integridad sexual, el objetivo suele ser satisfacer de los deseos o instintos sexuales del autor, sin importar el daño ocasionado, pero Donadello no sólo deseaba satisfacer sus deseos sexuales, su objetivo también era cosificarla, humillar, degradar y deshumanizar a su propia pareja, quería aislarla de su entorno, alejarla de sus hijos en común, y privarla de todo aquello que la hiciera feliz».
«Las prácticas sexuales aberrantes a las que fue sometida, fueron el medio para lograr ese fin, junto con la violencia física y psicológica; sin embargo, Rosa encontró el camino para salir», aseveró.
Por su parte, la Defensa en la que Donadello se representa a si mismo y tiene como co-defensor al Dr. Sebastián Darrichón, expresó: «En estos delitos de alcoba, hay que analizar el contexto, la credibilidad o no del mismo, Víctor me decía, me recibo de abogado y me denuncia, publican mis hijos una foto cuando cumplí 50 años y la presunta víctima arremete contra él y contra los hijos, haciendo afirmaciones a experiencias sufridas, tenemos que analizar ese contexto», aseveró Darrichón.
Durante la primera jornada, declaró Rosa, la víctima, quien contó las atrocidades que le tocó vivir durante años y las consecuencias psíquicas de estas humillaciones que provocaron que una Junta Médica decida que podía seguir trabajando en una escuela donde era asistente escolar.
Rosa relató ante el tribunal que Donadello cambió a partir de un viaje a Brasil donde le pidió que tuviera sexo con una mujer para que él mirara, pero que ella se negó.
Luego tras un viaje a Córdoba donde ella le había pedido separarse, la mujer contó que Víctor la convenció de volver a intentar en la convivencia y allí empezaron las situaciones aberrantes.
«Después empezó con los dedos, en mi vagina, no me pareció algo raro. Cuatro dedos, una mano y después un día vino de un cumpleaños con una calabaza de cotillón para introducirmela en la vagina, a partir de eso y de mi negativa ya fueron otras cosas como palos morteros, después que terminaba de jugar con su juguete yo tenia que fingir que ya estaba, y él me penetraba. Fueron palos, botellas, pepinos zanahorias y un un día llegó con un desodorante Veritas. Era un desodorante grande. Me dolía mucho pero a él no le importaba, el conseguía su meta. Eso sucedió también porque cuando había alguna negativa de mi parte él me decía, ahora le voy a decir a tus hijos y se van a enterar de lo quilombera que sos, eran chiquitos eran pequeños. Y los despertaba a los gritos, tu madre es una loca, me hace quilombos. No lo podía frenar«.
La mujer recordó también uno de los hechos más traumáticos cuando en los años 2004 y 2005 tenían dos perros de Raza Manto Negro y dijo Donadello que iba a llevar uno de los canes para cuidar la radio que en ese momento tenían en Capitán Bermúdez.
«Un domingo, recordó Rosa, había cocinado fideos con salsa y él lleva a los chicos a la casa de la madre y me dice que lo acompañe a la radio. «Cuando entro, él estaba desnudo tocándole los genitales al perro y diciéndome a mi que me pusiera en cuatro, que él ya sabía como excitar al perro; y yo a ese hombre le agarré mucho miedo, porque él era una persona que reaccionaba agresivamente, sobretodo psicológicamente, entonces me sube el perro que me araña la espalda y yo lloraba; me sube el perro y hace que el perro me penetre, yo empiezo a vomitar los fideos, luego me penetra él, mientras me preguntaba si el perro me acabó adentro y yo vomitana y lloraba» relató la mujer con mucha angustia.
La violencia no solo fue sexual, sino también física al punto que quedaron las rodillas marcadas de Donadello en la esplada de la mujer, luego de que la amenazara «Me tapa la boca y la nariz, me pone la rodillas y me dice te queres morir hija de puta, te vas a morir, y yo lloraba; me esguinzó las dos piernas y me dejó moretones en los brazos y la espalda», sostuvo Rosa.
En la segunda jornada de juicio que se realizó hoy, hablaron los hijos del primer matrimonio de Rosa, y ayer lo hizo su mamá, pero con muchos inconvenientes, debido a que Donadello, al ejercer su Defensa, introducía preguntas y cuestionaba a los familiares quienes declararon como testigos en un acalorado debate.