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Día Mundial para la Prevención del Suicidio: de esto sí hay que hablar, «todos los días»

El 10 de septiembre de 2003, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio (IASP, por sus siglas en inglés) proclamaron a esa fecha como Día Mundial para la Prevención del Suicidio. ¿El objeto de la declaración? Exponer la gravedad del problema del suicidio y generar acciones basadas en evidencias para prevenirlo.

El suicidio es considerado por la OMS como un problema de salud pública; un problema urgente. Y apunta que cada persona, del ámbito que sea, puede tomar medidas para prevenir el suicidio, que en muestra estadísticas de crecimiento más que preocupantes. Esto último es aseverado por el médico psiquiatra Lucas Raspall, sapiente y reconocido en esta temática: «Crece en todas las franjas etarias, y sobre todo, en adolescencia y juventud, Y esto, a pesar de que tenemos mejores resortes en tratamiento, abordaje y acompañamiento».

También psicoterapeuta y profesor universitario, Lucas sostiene que «todos los días del año hay que tocar el tema; no sólo hoy, aunque no deje de ser importante lo de esta fecha porque hoy se habla en todo el mundo». Si el número de suicidios crece, ¿qué puede hacerse? «Insistir en la prevención y en el fortalecimiento de redes en familia, escuela, comunidad, para contener y prevenir», dice el profesional, con claridad y sin vacilar.

Desde hace años, profesionales de distinta naturaleza abocados al abordaje del suicidio afirman que el mismo puede prevenirse. «Siempre, esta muerte se podría evitar, aunque nadie que haya intentado algo debería sentir culpa porque cierto es que no siempre logramos detener la conducta suicida. pero si hay tratamiento y compañía, es mucho más probable que disminuya el riesgo», destaca Raspall.

Por último, Lucas recordó que «cada caso es particular», por lo que nadie podría enunciar reglas sobre qué hay que hacer ante una situación de suicidio. «Pero sí, siempre, hay que estar ahí, cerquita; seguir escuchando;, acompañando en la primera consulta (o en la segunda, la tercera o las que sean necesarias) a psicólogo, psiquiatra o a quien sea. Porque siempre se requiere el tratamiento profesional».

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