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Derribando mitos sobre la nutrición en «Fingiendo demencia»

El envío por streaming, que va lunes, miércoles y viernes de 11 a 13 h por el canal de YouTube de Shock! Contenidos y por Radio Shock FM 106.5, presentó hoy una aleccionadora entrevista con la licenciada en Nutrición Micaela Belluccini, quien desde el inicio planteó varios postulados que se dan de narices con lo establecido por costumbre.

«Hay que desterrar eso de ‘hacer dieta’. Una persona no puede sostener una dieta durante mucho tiempo, porque siempre es restrictiva y suele tener efecto rebote cuando uno reincorpora lo que estuvo restringido», avisó Mica, como casi todos la llaman. «Además», amplió, «cada persona tiene metabolismo y vida diferentes, aunque hay una base de educación alimentaria de la que tenemos que aprender lo básico, pero después hay que ver qué requiere cada uno».

Micaela entiende que lo emocional está íntimamente ligado a lo alimentario: «Los ‘atracones’ no tienen que ver con el momento, sino con lo que se hizo para llegar a ese atracón», ejemplificó, en un ida y vuelta sin letargos con Anto Rozas y Franco Rosa, conductores del programa.

La licenciada no vaciló a la hora de encarar lo que podría entenderse como «saber popular» en el ejercicio de la alimentación: «Hay muchos mitos. por ejemplo, la bebida cola ‘zero’ no tiene azúcar pero sí, otros endulzantes y componentes que son adictivos y hasta cancerígenos, a largo plazo. Comer cada dos horas es otro mito: hay personas que lo necesitan por su metabolismo, pero en la mayoría de los casos, no es así».

Un mito más: el de desayunar sí o sí al despertarse. «Escuchá a tu cuerpo, a tu panza», propone. «Por ejemplo: si al levantarme a la mañana no tengo hambre, ¿para qué le voy a dar algo a mi cuerpo, si no me lo pide? Lo ideal es cenar lo más temprano posible y desayunar cuando se tiene hambre».

Para el final, Mica dejó un precepto muy destacado: «El paciente debe abordarse como un todo; si es necesario, con tratamiento interdisciplinario. Y en mi caso, la estética es lo último». Y concluyó con un mensaje esperanzador; sobre todo, para quienes desfallecen luego de romper un programa alimentario, creyendo que no tendrán éxito: «Se hace hasta donde se puede y ‘algo’ siempre es un montón».

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