
El 17 de marzo del año 461, Maewyn Succat, un escocés criado en Irlanda, dejó este mundo después de pasar gran parte de su vida difundiendo el cristianismo. Dicen que con un trébol de tres hojas en su mano, explicaba a quienes quisieran escucharlo el misterio de la Santísima Trinidad.
Sacerdote y obispo, eligió el nombre de Patricio para misionar y para expandir el cristianismo por toda la isla, labor que eligió desde pequeño, cuando era esclavo en Irlanda, a donde fue llevado tras su secuestro en su Escocia natal.
Técnicamente, el santo patrono de Irlanda tampoco era santo, porque tras morir no fue canonizado. O sea: ni Patricio ni santo ni irlandés. ¿Entonces? Sucedió que el fervor cristiano en la isla partida en dos entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda fue tan grande que la Iglesia Católica lo promovió como patrono de ambos países. Y ha de ser la veneración de San Patricio una de las no muchas cosas en las que están de acuerdo ambas Irlanda; pro británica la del Norte, anti británica la otra.
A todo esto, ¿qué corno tiene que ver una celebración de origen religioso con el de beber cerveza? La tradición de tomar tiene que ver con la antiquísima tradición que tiene Irlanda en fabricar esa bebida… y en consumirla: conocidos son los irlandeses como tomadores consuetudinarios, y hasta algunos historiadores atribuyen a don Patricio el hacer honor a la tradición bebedora, entre predicaciones y misas; quizás, en busca de inspiración para dirigirse a las masas…
¿Y el color verde que inunda cada sitio en donde se festeja? Fácil: es el color del trébol que usaba Patricio y, además, el del movimiento irlandés por la independencia.
Hoy, en el programa de streaming, Fingiendo Demencia, Federico, uno de los titulares de Cerveza Anfora, habló de la cerveza artesanal, haciendo alusión a que esta tradición tiene sus raíces en la costumbre de levantar las restricciones de la Cuaresma durante el Día de San Patricio, permitiendo a los fieles disfrutar de alimentos y bebidas que estaban prohibidos durante ese período.