
Una mujer denunció que su casa y su auto fueron baleados por dos sujetos desde una moto. Los vecinos aseguran que el ataque estaba dirigido a un búnker de drogas de la zona. El barrio vive bajo el terror del narcotráfico, con antecedentes como el asesinato de Rodrigo Gigena, un joven inocente.
Una familia de barrio Norte que vive en calle Francia, entre Clemente Albelo e Islas Malvinas, sobrevivió aterrada a una balacera durante la madrugada del martes, cuando al menos dos hombres en una motocicleta dispararon tres veces contra su vivienda y su automóvil. Las víctimas están convencidas de que fue un caso de «fuego cruzado» y que los atacantes, en realidad. buscaban a narcotraficantes de la zona.
«Mi hijo estaba jugando y se tiró al piso»
Joana, la dueña de la casa afectada, relató que todo ocurrió alrededor de las 2 de la mañana. «Una bala impactó en la ventana donde mi hijo estaba jugando a la Play Station. Él se tiró al suelo de inmediato. Nosotros dormíamos y no entendíamos qué pasaba», contó.
Horas más tarde, al salir a trabajar, descubrieron los impactos de bala en su auto Chevrolet Agile: «Uno en la parte trasera y otro en el apoya cabezas del conductor. Encontramos los proyectiles y la policía se los llevó», detalló.
Las cámaras de seguridad de un vecino captaron el momento en que la moto huye a toda velocidad, pero no logran identificar a los atacantes. «Se escuchan los disparos, la alarma del auto sonando y luego, la moto escapando», explicó una testigo.
«No tenemos enemigos; esto fue un error»
La familia asegura no tener ningún vínculo con el crimen organizado. «Somos gente trabajadora; ayudamos en una iglesia. Claramente, se confundieron de lugar», afirmó Joana.
Sin embargo, los vecinos denuncian que en la zona opera un punto de drogas que genera constante movimiento de autos y motos durante la madrugada. «Acá no se puede dormir tranquilo. Hay un horario para descansar, pero esto parece nunca parar», dijo la mujer.
Antecedente trágico: El crimen de Rodrigo Gigena
Este no es el primer ataque violento en el área. El 6 de agosto, Rodrigo Gigena, un joven de 22 años integrante de «La Fuerza de la Cumbia», fue asesinado con entre ocho y diez disparos cuando salía a comprar una gaseosa al kiosco de su madre.
El crimen fue ordenado, según las investigaciones, por Brandon Bay, un narcocriminal condenado por homicidios, balaceras y narcotráfico, quien controla bandas en el cordón industrial de Rosario. Gigena no tenía ninguna relación con el narcotráfico y su muerte conmocionó al barrio.
Los vecinos exigen mayor presencia policial, pero la situación sigue sin cambios. «Esto no para, y los que sufrimos somos los vecinos», lamentaron. Mientras las bandas siguen disputando territorios, las balas perdidas y los ataques equivocados se cobran víctimas inocentes.
Las autoridades aún no se han pronunciado sobre este último ataque, pero la familia ya presentó la denuncia. Mientras tanto, el barrio sigue en alerta.