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La renovada biblioteca de la Escuela 113: un proyecto de tres años con final feliz

Este último jueves, la Escuela N° 113 Sargento Cabral, ubicada en Yrigoyen y 9 de Julio, inauguró el aula en el que funcionará su biblioteca, al tiempo que celebró sus 82 años de vida, cumplidos en este agosto. Fue la festejada conclusión de un proceso que comenzó a gestarse en el año 2022.

Pablo Chioli tiene 45 años de edad y fue presidente de la Asociación Cooperadora de la escuela entre 2019 y mayo de este año. Desde entonces ocupa el cargo de vocal dentro de una comisión directiva de 14 miembros. Exalumno, al igual que su hija y una de sus hermanas, tiene a su hijo como alumno en esa institución. Y cuenta: «En la planta alta, sobre calle 9 de Julio, funcionaban un salón de usos múltiples (SUM) y biblioteca y dos aulas. En esa planta había un espacio libre y debajo del mismo, otra aula, que tenía recurrentes problemas de filtración en su techo. Ahí surgió la idea de construir en ese espacio, con lo cual tendríamos un aula más y corregiríamos lo del techo».

«En ese momento del año 2022. una empresa estaba refaccionando los baños de la planta alta, por lo que aprovechamos para consultarle a la dueña de esa firma. Ella armó el primer proyecto», continúa Pablo, quien luego confía que «hubo varias trabas. Sucede que todo proyecto de esa naturaleza debe estar avalado por el Ministerio de Educación de la provincia, que debe enviar a sus arquitectos para observar y evaluar la factibilidad de concreción. Pero, y sin querer hacer política, durante la gestión provincial anterior hubo ausencia total de la gobernación, que argumentó falta de personal, de viáticos y de movilidad».

El financiamiento de esta construcción en la que desde ahora funcionará la biblioteca corrió por cuenta del Fondo de Asistencia Educativa (FAE), que gestionado por la Municipalidad y en dos etapas, totalizó un aporte de más de 24 millones y medio de pesos. «Con recursos propios habría sido imposible», asevera Pablo, para quien el FAE «funciona bien, pero siempre y cuando la cooperadora funcione también, y la nuestra es activa desde siempre y además, desde hace algunos años, cuenta con personería jurídica; un verdadero paso adelante»

De regreso al proceso, el cooperador detalla: «Cuando presentamos el proyecto ante el ministerio, nos respondieron ‘¿Para qué les sirve?’. Así que lo remodelamos una y otra vez hasta que lo aprobaron». Ahí empezó otra etapa: la de esperar a que se adjudicaran los recursos: «FAE tiene montos determinados; había muchas escuelas con necesidades y nuestro proyecto necesitaba una inversión elevada. Cerca de fines del 2023 nos entregaron la primera partida y comenzamos el trabajo. Luego hubo que aguardar hasta fines de 2024 para recibir el resto del dinero, y entre las vacaciones de verano 2024/25 y el año en curso terminamos la obra».

La nueva aula no sólo albergará a la biblioteca: «Tenemos la intención de aportar tecnología y comenzamos por la compra de una pantalla táctil. Quedó un espacio muy lindo; van a aprovecharlo mucho», considera Chioli, quien deja una buena frase final: «Todo representa una gran responsabilidad para el cooperador. Parece fácil, pero no lo es tanto. Y siempre hay mucho para aprender«.

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