
Cristina Villarreal tiene 15 años de edad. Le dicen «Tita». Cursa 3er año en la Escuela de Educación Secundaria Orientada No. 604 Genara Berón, de la localidad de Luis Palacios, perteneciente al departamento San Lorenzo. El 7 de agosto, en Rosario, ganó la final provincial – después de haberse impuesto también en las etapas local y departamental – de los 2000 metros cross, una de las modalidades del atletismo incluidas en los Juegos Santa Fe en Movimiento, organizados por el gobierno provincial a través de sus ministerios de Educación y de Igualdad y Desarrollo Humano.
De ese modo, Tita logró su clasificación a los Juegos Deportivos Nacionales Evita Juveniles, que se celebrarán en Mar del Plata desde el 29 de septiembre próximo. Pero el viernes pasado, la escuela a la que asiste recibió una comunicación, vía mail, del gobierno de Santa Fe, en la que se informaba que la atleta quedaba fuera del viaje a los Evita, al igual que otros tres competidores. ¿El motivo? «Recorte presupuestario», informó María Ascúa, su mamá.
«De 14 competidores van a enviar a 10, por esa razón», prosiguió María, para luego contar: «Florencia Molaro, la directora de la escuela, solicitó la presencia de personas que tuvieran que ver con la organización de los Santa Fe en Movimiento, y vinieron dos: una del departamento San Lorenzo y otra, del nodo Rosario. Ellos ratificaron lo del recorte presupuestario y explicaron que la decisión de dejar fuera a mi hija se tomó en base a una comparación de ranking. Adujeron que la ganadora, en la categoría de Tita, del año pasado hizo un tiempo de 7 minutos y 32 segundos, mientras que Tita marcó 8′ 02».
Esa explicación en persona se brindó a las autoridades escolares y a María el lunes anterior. Luego, los responsables mencionados hablaron con Cristina, quien ajena a la situación, el domingo 17 de agosto participó en una competencia de 5000 metros en Totoras, para juntar fondos (el premio era en dinero) para el viaje a Mar del Plata. «Tita les dijo que el circuito en el que corrió y ganó tenía mas de 2000 metros, lo cual se pudo corroborar con el reloj profesional que Manuel, su entrenador, le prestó y que cuenta los metros recorridos. Entonces, el tiempo que ella hizo para 2000 metros fue menor a 8′ 02», prosiguió la madre. ¿Cuál fue la respuesta de los visitantes? «Lo vamos a tener en cuenta para el año que viene. Anotate», contó, indignada, la señora.
Tita empezó a entrenarse en la modalidad antedicha apenas en marzo. A la par, juega hockey sobre césped en el Club Provincial, de Salto Grande. «Obvio que esa noche, tras la reunión, lloró y durmió muy mal. pero no se bajoneó y sigue entrenándose. ¿Cómo no avisaron antes que habría recorte presupuestario? Y ¿por qué no nos mostraron ese ranking del que hablaron? Es decepcionante», reclamó María, para concluir: «Más allá de todo, queremos agradecer el apoyo de todo el pueblo, de las autoridades de la escuela, de su entrenador y, ¡ni hablar!, de sus compañeros de escuela».
Palabra de la directora de la Escuela Genara Berón
Florencia Molaro publicó un mensaje en tono severo y crítico donde detalla todo lo sucedido desde el momento en que fue comunicada la decisión tomada para con Cristina, señalando que se esgrimió «una reglamentación (a la que no tuvimos acceso en tiempo y forma, ni explicación técnica el día de la carrera)» por la cual Tita no califica «dentro del ranking nacional, estando en un 7o puesto». Y pregunta «a las autoridades competentes: ¿Dónde están la empatía y el cuidado de la salud mental de una adolescente que se esforzó, se entrenó y se ilusionó con todo lo que ustedes, organizadores, le dijeron? ¿Cómo se hace para volver a pedirle a un alumno que participe, que haga el esfuerzo económico para sortear las primeras instancias? ¿Cómo se hace para que este sabor amargo no le quite las ganas de correr y disfrutar del deporte?»
