El exjuez de familia Marcelo Molina pasó por San Lorenzo y analizó la complejidad de una temática que cuenta con pocos recursos. “Es imposible de abordar la problemática así”
El equipo de aprendizajes compartidos de San Lorenzo presentó en el Complejo Museológico una charla dirigida a profesionales y público en general, con el objetivo de tejer redes para el cuidado de las infancias. En ese marco invitó al exjuez de familia, Marcelo Molina, quien antes de llegar a la ciudad diálogo con Ever Arnoldo en Realidad Aumentada, (martes y jueves por Shock Contenidos). En la entrevista reconoció que los recursos de la justicia para la temática son escasos, además de entender que sólo con el derecho no alcanza para abordar la niñez, que se encuentra en una grave situación de vulnerabilidad.
“Especialmente, la mirada apunta a esa niñez que se encuentra en un grave situación de vulnerabilidad, buscando abrevar también en otras disciplinas que no son únicamente el derecho. Yo lo llamo ‘la disciplina de la calle’; la problemática de los derechos en general y específicamente, de los derechos de la niñez”, afirmó Molina sobre la actividad que se desarrolló en el Complejo Museológico.
Consultado sobre la instancia judicial, Molina consideró que debería ser la última instancia recurrir al juzgado, atento a que la familia tiene que conciliar sus conflictos; charlando, hablando y logrando consensos. “Hay mucha gente que pierde de vista cuáles son los derechos que están puestos en juego, ¿no? Hay casos en donde los dos progenitores terminan siendo vulneradores de derechos, como por ejemplo, en los casos de impedimento de contacto, cuando una de las partes que convive con el chico cotidianamente impide el contacto de otro progenitor”, ejemplificó.
Por último, el autor del libro “Cuánto tiempo es un tiempito” reconoció una grave falla de la justicia del sur de Santa Fe en materia de niñez. “El poder judicial está en un déficit enorme respecto de conformar adecuados equipos interdisciplinarios; tiene profesionales que son muy buenos, pero creo que no alcanza. Para toda la zona sur tenemos un equipo con dos psicólogas, una psicopedagoga, una psiquiatra y dos trabajadoras sociales. Evidentemente, con eso es imposible abordar la problemática”, finalizó.
