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La droga en Vicentin podría haber sido cargada en Montevideo y no en San Lorenzo

Durante la audiencia imputativa que se realizó el pasado viernes ante el juez Vera Barros, el cocinero filipino confesó que recibió una suma de dinero importante en Uruguay para ocultar la droga en la mercadería.

En un operativo que destapó los hilos del narcotráfico internacional en aguas argentinas, autoridades incautaron 469.5 kilos de cocaína de alta pureza ocultos estratégicamente en el buque mercante «Ceci», de bandera de las Islas Marshall, mientras se encontraba fondeado en el puerto de San Lorenzo, Santa Fe. El hallazgo, que podría estar vinculado a poderosas organizaciones criminales de Bolivia y Uruguay, reveló un meticuloso plan de logística narco que aprovechó las rutas comerciales marítimas para el contrabando transatlántico. El viernes se realizó la audiencia imputativa en los tribunales federales de Rosario a los tripulantes filipinos, donde el cocinero quedó detenido, mientras que los otros marineros no pueden salir del país por al menos siete días, mientras continúa la investigación.

Todo comenzó cuando el capitán del «Ceci», en un acto de precaución inusual, ordenó una revisión exhaustiva de las provisiones almacenadas en la cámara frigorífica del buque. El primer oficial, al inspeccionar las cajas de carne congelada destinadas a alimentar a la tripulación durante la travesía hacia Ámsterdam, notó anomalías en el peso y la disposición de los paquetes.

Al abrirlas, descubrió 379 panes de cocaína cuidadosamente sellados en bolsas herméticas de color naranja, diseñadas para resistir largas inmersiones en el mar. La droga, con una pureza estimada del 85%, estaba oculta entre 100 kg de carne vacuna, un camuflaje pensado para evadir controles aduaneros.

El principal sospechoso, Jonathan Caputero (50), cocinero filipino con más de 20 años de experiencia en la marina mercanteadmitió su participación durante un interrogatorio con traductores oficiales, detalló el medio Clarin. Según fuentes judiciales, Caputero habría recibido instrucciones de un contacto en Montevideo para ocultar la mercancía a cambio de una importante suma de dinero.

Mientras el cocinero fue trasladado a la Base de Prefectura de San Lorenzo bajo prisión preventiva, los otros 19 tripulantes filipinos permanecen retenidos en el buque, que fue intervenido por la Prefectura Naval Argentina y la Aduana. El capitán, quien alertó a las autoridades, quedó exento de sospechas y colabora con la investigación.

Un dato crucial surgió cuando los investigadores notaron que las bolsas que contenían la cocaína tenían residuos salinos. Este hallazgo descartó que la droga hubiera sido cargada en San Lorenzo (puerto de agua dulce) y apuntó hacia su ingreso en aguas saladas, probablemente durante la escala del buque en Montevideo, donde el «Ceci» estuvo fondeado entre el 20 y 24 de abril.

Además, las bolsas herméticas naranjas utilizadas son idénticas a las incautadas en otros casos de narcotráfico en la Hidrovía Paraná-Paraguay y la rada de La Plata, lo que sugiere la participación de una misma organización.

El Método «Drop Off»: GPS y Lanchas Rápidas para Evadir Controles

La investigación confirmó que el cargamento estaba destinado a ser arrojado al Mar del Norte cerca de Ámsterdam, donde lanchas rápidas lo recuperarían mediante señales GPS incrustadas en los paquetes. Este método, conocido como «drop off/drop on», es frecuente en el narcotráfico marítimo y permite evadir inspecciones portuarias.

Expertos en crimen organizado explicaron que los narcos suelen sobornar a un único tripulante (en este caso, el cocinero) para introducir la droga sin involucrar a toda la tripulación.

Aunque la investigación sigue en curso, fuentes cercanas al caso no descartan la participación de Sebastián Marset, el poderoso narcotraficante uruguayo prófugo desde 2023. La marca de corona estampada en los panes de cocaína coincide con producciones bolivianas, lo que refuerza la hipótesis de una operación trasnacional.

La ministra Patricia Bullrich destacó la importancia de la colaboración internacional en el caso, mientras la Procunar y la UIF rastrean movimientos financieros sospechosos vinculados al buque.

Este operativo confirma que los puertos argentinos, especialmente San Lorenzo, son eslabones críticos en las rutas de la cocaína hacia Europa. Con más de 10 casos similares en los últimos dos años, las autoridades enfrentan el desafío de reforzar controles que han sido vulnerados.

Mientras el «Ceci» sigue retenido en el Puerto de Vicentin y la tripulación en la mira, el caso podría destapar una red mucho más grande de infiltración narco en la marina mercante internacional.

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